sábado, 9 de agosto de 2014

Algunas Notas a Apocalipsis I, 4-6 (I de V)

4. Juan a las siete Iglesias que están en el Asia: gracia a vosotras y paz de parte de “el que es y el que era y el que viene”, y de parte de los siete espíritus que están delante de su trono,

I) Juan a las siete iglesias

Comentario:

Se indican aquí los destinatarios del Apocalipsis: las siete iglesias del Asia que serán nombradas en el v. 11 y que, como se dirá luego, representan siete eras diversas de la Iglesia desde la época de San Juan hasta la Parusía.


II) que están en el Asia

Comentario:

Así como con el nombre de cada una de las Iglesias se podrá conocer con cierta probabilidad a qué época se refiere, lo mismo parecería significar la palabra “Asia”.

Verschraege[1]: “La palabra Asia significa Cenagoso (lutosa), Tumultuoso (turbida), y esto siempre puede decirse de la Iglesia Militante, tanto a causa de las continuas tribulaciones que sufre, como así también a causa de los numerosos pecados de sus miembros”.

III) Gracia a vosotras y paz

Comentario:

J. Chaine (citado por Gelin): “Desde hace tiempo se ha observado que la fórmula de saludo ayuda a conocer la mentalidad de un pueblo, el ideal que desea; los árabes, expuestos a la razia y a las aventuras del desierto, desea la paz; el judío, cuyos ancestros eran nómades, la desean también. El griego, a quien sonríe la natura, desea la gracia. Los autores del NT que desean a sus destinatarios la paz y la alegría parecen pues, haber unido las costumbres griegas y orientales”.
Lo mismo notan Caballero Sánchez y otros autores.



IV) de parte de “el que Es y el que Era y el que Viene”

Notas lingüísticas:

Zerwick: ὁ ὢν καὶ ὁ ἦν καὶ ὁ ἐρχόμενος (“el que Es y el que Era y el que Viene”): está en nominativo como si fuera el nombre propio del Dios eterno”.

Abel: La construcción (indeclinable) ἀπὸ ὢν καὶ ἦν καὶ ἐρχόμενος (de “el que Es y el que Era y el que Viene”) es querida así a fin de conservar la inmutabilidad y lo absoluto del nombre divino”.


Comentario:

Al usar este nombre en forma indeclinable parecería que San Juan busca resaltar la idea de la eternidad de Dios.

Allo: “(Esta fórmula) se encuentra en I, 8; IV, 8; XI, 17; XVI, 5, dos veces sin ἐρχόμενος (el que viene)[2].

Allo: “Puede verse en la extraña expresión una suerte de nombre propio, indeclinable por hieratismo, formado por desarrollo del nombre sacro de Éx. III, 14 (…) Dios es llamado ἐρχόμενος (el que viene) y no “el que será”, lo que sería más simétrico, puesto que el libro describirá precisamente las venidas de Dios como juez y remunerador”.

Gelin: “Dios porta un nombre indeclinable; es una manera de traducir la idea de la eternidad en términos del tiempo. El Targum de Jonathan (siglo III-IV d.C.) dice lo mismo comentando Deut. XXXII, 30: “Yo soy el que es, el que fue y el que será”.

Wikenhauser: “El nombre de Dios Padre se indica con profundo respeto mediante una triple fórmula, que tiene por fin expresar su eternidad, sin principio ni fin. “El que Es” es una fórmula que repite las palabras con que Dios se identifica en medio de la zarza ardiente: “Yo Soy el que Soy” (Ex. III, 14, según los LXX). Una antigua interpretación judía de esta fórmula dice así: “Yo Soy el que existe y el que era, y Soy el que existirá, y fuera de Mí no hay otro Dios” (Targum de Jerusalén I, sobre Deut. XXXII, 39) (…) Como tercer elemento de la fórmula descriptiva, uno esperaría encontrar las palabras “el que será”; el texto trae, en cambio “el que viene”, lo que incluye en la fórmula el sentido de una ansiosa espera del fin, y le hace expresar la idea de que dentro de la perspectiva de los sucesos revelados por el libro, Dios viene en calidad de Juez”.

Esto último se confirma porque en los pasajes paralelos XI, 17 y XVI, 5 no se dice “el que viene” ya que Dios es venido en el sentido de que la ejecución del juicio contra los enemigos de Dios ha sido decretada y ha comenzado, respectivamente, y por lo tanto no pueden aplicarse a la segunda Venida de Jesucristo en Gloria y Majestad.

Alápide: “Esto es, de Jehová, o sea de Dios. Alude San Juan a lo del Ex. III, 14 “Yo Soy el que Soy” y “El que Es, me envió a vosotros”. Y así en el griego no hay aquí un solecismo sino que es mímesis o imitación del nombre hebreo, que como un indeclinable e invariable se colocó Dios, diciendo en Éxodo III, eie schelachani, esto es, será (esto es: que es, fue y será). Los judíos para significar el futuro designan la constancia y continua duración de la cosa)” (…) “La palabra “soy” o “es” y “era”, o como está en hebreo “será” significan la estable eternidad que abraza toda las diferencias del tiempo pasado, presente y futuro”.

Bartina: Estos dones exclusivamente divinos, que desea el apóstol, vienen de tres sujetos distintos. El primero está expresado con estas palabras: ἀπὸ ὢν καὶ ἦν καὶ ἐρχόμενος. Aquí hay dos faltas gramaticales griegas graves. La preposición ἀπὸ rige genitivo, y, en cambio, le siguen tres nominativos, lo cual indica que estos tres nominativos se han de tomar como un nombre propio invariable o petrificado. El griego clásico lo habría resuelto interponiendo un artículo declinado. En segundo lugar, entre dos participios hay una forma verbal finita con artículo ( ἦν = el era, por el que era), lo cual indica que se considera la forma era un sustantivo. El verbo ser griego no tiene participio de pasado. Suele suplirlo hecho. Pero en este caso el autor rehúye tenazmente aplicar el verbo hecho al sujeto del cual trata. Por otra parte, tanto en griego como en hebreo el imperfecto era equivale al pasado fue. El último participio es ἐρχόμενος, que, traducido a la letra, da «el que ha de venir». Pero se trata también de un verbo suplente. El participio de futuro el que será, no es de la koiné, y en el Apocalipsis no se emplea nunca un participio de futuro. Para expresar este tiempo se emplea a veces un verbo auxiliar μέλλει γενέσθαι (Ap I, 19), «el que será hecho» o «el que se formará», pero tampoco este modismo puede aplicarse al sujeto de que se trata. Tenemos, pues, la traducción material de la frase: «de parte de Él que es y el era y el que ha de venir», cuyo sentido exacto es: «de parte de Él que es, fue y será». En el Targum Jonatán, esta misma expresión se aplica a Yahvé: «Yo soy el que soy, el que fui y el que seré» (Deut. XXXII, 39)…”.

Fillion: “Ab eo qui… et…: Las tres cláusulas se refieren a Dios Padre, las cuales marcan la eternidad sin comienzo ni fin; son como una paráfrasis del “nombre inefable” revelado a Moisés (Éx. III, 14-15)”. 






[1] Clarae simplicesque explicationes libri Apocalipseos, pag. 8

[2] Por los lugares paralelos, sobre todo los tres primeros casos, se ve que sólo puede estar refiriéndose al Padre, puesto que Κύριος (lit. Señor) sin artículo corresponde a Yahvé, según Pirot, comentando Mc. XIII, 20.