martes, 12 de enero de 2016

El que ha de Volver, por M. Chasles. Carta Prólogo

El que ha de Volver

Estudios Bíblicos sobre la Segunda Venida de Cristo.

Magdalena Chasles

Nota del Blog: Damos comienzo a la publicación de un interesante estudio sobre la segunda Venida de Nuestro Señor. La autora posee un muy buen manejo de las Escrituras unido a una sólida piedad. Las “meditaciones”, si así nos es lícito llamar a cada capítulo, brillan más que nada por su sencillez y claridad.
De más está decir que no siempre coincidimos con la exégesis de la autora, y esto lo decimos de una vez para siempre, ya que sería extremadamente tedioso para el lector que marcáramos nuestras diferencias a cada paso. Solamente en algún que otro momento nos permitiremos señalar algunas cosas.

Traducido especialmente para la "Colección "Vita Nova" con permiso especial de la autora  y seguido de "La Venida del Señor en la Liturgia", por J. Pinsk[1], Doctor en teología.

"A nombre de su aparición y de su Reino"

(II Tim. IV, 1)


CARTA PROLOGO[2]

Estimada señora:

He leído su libro. Lo he leído con el mayor interés. "Nova et vetera", es una tesis nueva, sobre un tema muy antiguo. Ud. nos refiere con mucha claridad, cómo esta cuestión fué considerada importantísima en la primitiva cristiandad, y cómo los cristianos, no viendo llegar la segunda venida del Señor, concluyeron por no pensar más en ella, como tampoco piensan en el fin del Mundo.

Pero la Iglesia no olvida, y dos veces por lo menos durante el año litúrgico nos hace una solemne advertencia: una vez en el Domingo 24° y último después de Pentecostés, y una vez en el Evangelio del 1° Domingo de Adviento. Y la prosa incomparable del "Dies irae", que fué compuesta, no para el oficio de difuntos, donde se encuentra actualmente, sino para el primer Domingo de Adviento, insiste sobre el fin de todas las cosas, sobre esa vuelta del Señor y el juicio último y definitivo. El oficio de difuntos de hoy día está por lo demás penetrado del pensamiento del fin de los tiempos, porque para el difunto la muerte es el fin de todo lo que ha visto, conocido y amado sobre la tierra.


Pero el espantoso cataclismo que nos anuncian los sabios de acuerdo con los teólogos nos hace perder un poco de vista los acontecimientos que le precederán. En cambio Ud., señora, parece preocuparse poco de todas esas desgracias; lo que a Ud. interesa es la segunda venida de Cristo, son los sucesos que acompañarán esta segunda venida anunciada con tanta insistencia durante el Adviento y otras épocas litúrgicas. En el fondo todo su libro no tiene otro fin que el de recordarnos el lugar que ha ocupado y que debe ocupar en la enseñanza cristiana y en nuestra vida la convicción de que las profecías sobre el reino de Dios no se han cumplido aún totalmente y que los acontecimientos profetizados antes de la venida del Mesías y resumidos con tanta elocuencia por San Pablo, tendrán que realizarse un día.

Esto es lo que me llama sobre todo la atención en su libro, y es lo que constituye su originalidad, ya que nuestras preocupaciones intelectuales y nuestras contemplaciones teológicas y filosóficas de hoy día no nos llevan en esa dirección. Esta es la razón por la cual no me extrañaría que su tesis causara alguna sorpresa, más aún, que fuese combatida por ciertos filósofos cuyas teorías se sentirán incomodadas. Pero es la suerte de la mayor parte de las tesis de este género, y no ha de sentirse Ud. cohibida para defenderse.

El "Imprimatur" colocado en la primera página de su libro, prueba que ha sido seriamente estudiado y que si los censores han dado su "nihil obstat" es porque en él no encuentran nada que no sea ortodoxo. Deseo, pues, de todo corazón que sea leído, estudiado y aún discutido; estoy convencido que interesará al lector serio, que hará el bien que Ud. espera, porque ha sido escrito con amor y verdadero talento, y aún aquéllos que discutirán sobre tal o cual trozo se verán obligados a reconocer su valor.

Hubiera deseado ponerlo más de relieve en esta carta prólogo, pero, después de todo, su objeto puede resumirse en dos palabras: "tolle, lege".

Fernando Cabrol
Abad de Farnborough.




[1] Nota del Blog: Seguramente publicaremos este apéndice antes de terminar la publicación del libro a fin de no dilatarlo tanto.

[2] Nota del Blog: Las cursivas y mayúsculas son del original. Las negritas y subrayados nuestros.